Mientras rapaces como el águila perdicera, la real, el azor o el búho real sobrevuelan las solitarias cumbres del Parque Natural de la Sierra de Baza, el viajero puede caminar rodeado de pinos carrasco, laricios, encinas… y de fuentes con agua que mana con gran pureza. Son más de 52.000 hectáreas por las que dejarse llevar por la cercanía de sus gentes y por el silencio de la tierra. En muchos parajes sólo se escucha la voz de la naturaleza: cantos de pájaros, el sonido del viento… El viajero se olvidará durante su estancia en la sierra de Baza del timbre de casa, la alarma del coche, el ruido de las motos, los coches o la sirena de las ambulancias.
Tanto en Baza, localidad de más de 20.000 habitantes, como en el resto de municipios del parque como Caniles, Dólar, Gor o el Valle del Zalabí se puede descansar muy bien. En el complejo turístico Cortijo Narváez el viajero se despertará rodeado de naturaleza. Está situado a 1.390 metros de altitud, en el corazón de la sierra y desde sus cabañas se pueden divisar espectaculares panorámicas.
En este paraje también se ubica el centro de visitantes Narváez y el llamado Bosque de los Niños. Por cada niño que nace en el hospital de Baza se planta un árbol en este cada vez más frondoso bosque.
El espectáculo del agua
En la sierra de Baza se pueden realizar muchos e interesantes senderos que llevan al viajero a lugares semiáridos y 'desgastados' por el paso del tiempo o a parajes como el de 'Las Fuentes Locas', donde en esta época de deshielo fluye el agua en torno a los 1.000 y 2.000 litros por segundo.
La mayor de estas 'fuentes locas' de la sierra de Baza es doña Juana. A la otra, a Juana la Loca, le hubiera venido bien relajarse en esta silenciosa sierra que sólo rompe su silencio natural en época de berrea -allá por el otoño-.
El fenómeno de las 'fuentes locas' se produce en la zona de la Fábrica de Pardo, en el arroyo del Baúl, un lugar rico en agua y donde mana con gran virulencia. En el subsuelo de esta zona, donde confluyen el Collado de la Boleta, Cerro de Quintana y el Picón de Gor, hay un gran acuífero que en época de lluvia y deshielo arroja el agua de una forma espectacular. Hay que ir a verlo y disfrutarlo.
Los hallazgos arqueológicos son abundantes en estas sierras -con altitudes superiores a los 2.000 metros-. Uno de los más sobresalientes es el de la Dama de Baza, cuya réplica se encuentra en el Museo de Baza.
La Sierra de Baza destaca, imponente, en la inmensa planicie de la depresión de Guadix-Baza, ocupada por materiales de edad reciente. Está claramente diferenciada de Sierra Nevada, al oeste por la hoya de Guadix y al este por la hoya de Baza, presentando una continuidad, al sureste, con la Sierra de los Filabres, ya de la provincia de Almería.
Esta sierra, hoy día parque natural, se encuentra situada al este de la provincia de Granada. Tiene su acceso principal desde la A-92 por el centro de visitantes de Narváez, hoy complejo turístico.
La Sierra de Baza presenta una orografía de barrancos y ramblas, con elevadas pendientes que hacen su paisaje sea muy abrupto, en el que destacan picos con una considerable altura, siendo el más elevado en Calar de Santa Bárbara, con 2.271 metros sobre el nivel del mar. Hay también otras cumbres que sobrepasan los 2.000 metros como el Calar de Rapa (2.236m), el cerro de Rapa (2.228 m) o el Picón de Gor (2.157m).
El clima de la Sierra de Baza es un clima mediterráneo seco con unas precipitaciones anuales que están alrededor de los 400mm. Una parte importante de ellas se producen en forma de lluvias torrenciales, que discurren superficialmente mediante escorrentía, acentuando la erosión que dificulta la formación del suelo y vegetación por la escasa disponibilidad de agua. En los meses de verano sólo se produce alguna esporádica tormenta con abundante aparato eléctrico.
La vegetación es típica mediterránea. Destacan los encinares sustituidos en altura por pinares, autóctonos, de ahí el gran porte de algunos de sus ejemplares, acompañados por cadas, espinos albares, agracejos. Llama la atención la abundancia de ‘muérdago’ colonizando los pinos. Es una planta parásita muy tóxica, con sustancias alucinógenas. En lugares más húmedos encontramos alguno tejos, y hacia las cumbres, piornos azules, enebros y sabinas rastreras.
En la zona de los Prados del Rey se forman encharcamientos sobre suelos aborregados, aunque no llegan a constituir auténticos borreguiles.