La actual plaza de la Trinidad ocupa el solar de lo que fue el convento de trinitarios calzados. Al igual que ocurriera con respecto a las capuchinas o a los agustinos, la exclaustración de 1835 condujo a la liberación de un valioso espacio en el centro urbano, en este caso convertido no en mercado, como los anteriores, sino en lugar abierto, como beneficio para la higiene, la salubridad y el esparcimiento.
La plaza de la Trinidad fue creada en 1896, según la tipología de square, a imitación los parques de Londres, como Regent’s o Kensington Park, según se reseñaba en informes locales de sanidad de entonces. La contemplación actual de la plaza subraya las diferencias entre la realidad y el deseo: un ameno espacio verde, aunque constreñido y desprovisto de una auténtica planificación arquitectónica alrededor.
Un recuerdo nostálgico subsiste aún del convento trinitario en el centro de la plaza. Se trata de la fuente de la Trinidad, bello ejemplar del siglo XVIII, con dos tazas o pilas, si bien la superior es un añadido al original, seguramente de finales del XIX.