El pantano del Negratín, con sus 546 Hm3 es el segundo más grande de Andalucía. Su construcción a mediados de los años 80 del pasado siglo supuso una profunda transformación para la comarca de Baza, tanto por la entidad de la superficie de agua embalsada como también por los cambios que conllevó a nivel medioambiental, paisajístico, en los aprovechamientos agroganaderos del fértil valle del Guadiana Menor, en las comunicaciones entre los pueblos de la comarca al cortar carreteras y caminos rurales y provocar la apertura de otros nuevos, e incluso por la pérdida de un importante legado patrimonial, como fue la destrucción de los antiguos baños de Zújar y de una serie de yacimientos arqueológicos que han quedado bajo el agua.

Pero por otra parte, el pantano también ha supuesto un revulsivo para algunos de los pueblos de la comarca como Freila, Cuevas del Campo, Zújar y en menor medida Cortes de Baza y Benamaurel, que ven en esta inmensa lámina de agua una oportunidad para generar una serie de iniciativas en torno al turismo rural que les permitan salir de su difícil situación socioeconómica.