Desde la Fuente Grande de Alfacar surge una acequia, también conocida como acequia de Alfacar que, en tiempos de la Granada musulmana, corría, a media ladera, por terrenos de Alfacar, Víznar y El Fargue hasta llegar al Albayzín granadino. Se da la circunstancia de que, como se registra en el Libro de Apeo de Alfacar de 1.571, Alfacar no tenía ningún aprovechamiento de esta agua en su término. Sin embargo, si se aprovechaban de ella la gente de la alquería de Víznar, según el apeo del licenciado Loysa en 1.575.
Para describir el camino que seguía la acequia tenemos que acudir a Francisco Henríquez de Jorquera y sus “Anales de Granada”, donde nos cuenta que esta acequia pura y cristalina se conduce sin otras mixturas por la falda de de esta encumbrada sierra, por grandes vueltas y rodeos, cabeceando viñas a quien raíces refresca y por artificiosas cañadas, fertilizando el ameno y agradable lugar de Víznar y ocultándose por las entrañas de floridos cerros.Era tan importante que los Reyes Católicos promulgan una Real Cédula en 1.501 creando el Juzgado de Aguas y las Ordenanzas de Granada para regular el suministro y distribución de las aguas, haciendo referencia a Fuente Grande y su acequia de Aynadamar.