Este templo del convento del Corpus Christi, de agustinas recoletas, es parroquia de la Magdalena desde 1840, al sustituir a la antigua del mismo nombre. El cenobio debe su origen a un beaterio femenino erigido a principios del siglo XVII en el Albaicín, junto al desaparecido convento de agustinos descalzos. Una rama de aquellas beatas se estableció luego en una casa de la calle Angosta de la Botica, integrándose en 1655 en la orden de agustinas recoletas, y quedando instaladas en la calle Gracia con la ayuda de los indianos José y Lucas de Aguilar Rebellido.
La clausura, a la que se accede por sencilla portada barroca, es edificio modesto en lo arquitectónico, aunque guarda una buena colección de esculturas, como dos pequeñas efigies marianas de finales del siglo XV, un Niño Jesús de Alonso de Mena, bustos de Ecce Homo y Dolorosa de José de Mora y un Niño Jesús Pastor de Ruiz del Peral.
La iglesia es obra ejemplar del Barroco granadino posterior a Alonso Cano, a la vez que de controvertida atribución. Su concepción general deriva del gran maestro, pero fue comenzada en 1677, diez años después de su muerte, y meses después de la de su discípulo, Juan Luis Ortega. Por ello, se ha vinculado al arquitecto José Granados de la Barrera, aunque muy deudor en este caso del arte canesco. Así lo probaría su dependencia con el modelo de iglesia criptocolateral con pórtico a los pies representada por el colegio imperial de San Isidro de Madrid, que el propio Cano debió conocer bien, aunque algunos detalles, como el uso del arco rebajado en los huecos de la portada o el rigor de los salientes, son más propios de Granados.
Este templo, desde su airosa cúpula cromática y su fachada retranqueada, domina el diseño urbanístico barroco, pretendiendo crear efectos de sorpresa. Dicha fachada reelabora la idea del atrio o nártex, ya presente antes en Gracia y el primitivo convento del Ángel Custodio. Su juego de netos y vacíos y su estructura tripartita no lejana a la gran fachada catedralicia aportan un aire triunfalista y monumental, dedicado a la exaltación de la Eucaristía, constituyendo su eje un grupo de angelotes sosteniendo un viril.
El interior es otro ejemplo de integración de efectos espaciales, lumínicos y decorativos. Su sencilla planta de cruz latina, con capillas laterales intercomunicadas, revela un sabio juego espacial de tramos anchos y estrechos, jugando con la alternancia de lunetos y repitiendo en alzado el mismo esquema tripartito de la fachada. Las pilastras interiores articulan también el exterior, mostrando una correspondencia poco habitual en el arte granadino. La cúpula del crucero es modificación y ampliación posterior del proyecto original, como apunta la falta de coherencia en el diseño de las pechinas, con yeserías atribuidas a José Matías Sánchez, al igual que el cancel de la iglesia, de finales de la centuria.
La policromía de amarillos y azules claros, con imitación de jaspeados rosados y verdes en elementos estructurales, busca la desornamentación arquitectónica, lo mismo que la sustitución de capiteles y entablamentos por placas recortadas y mascarones muy cercanos al diseño canesco, con detalles dorados. Esa integración conduce finalmente a la apoteosis barroca del testero con el gran lienzo de Juan de Sevilla dedicado al Triunfo de la Eucaristía adorada por la Virgen, ángeles y los santos de la orden, Agustín y Tomás de Villanueva (1685). Por otro lado, las pinturas del coro se hicieron entre 1740 y 1743 por Manuel Sanz Jiménez y Juan de Medina.
Buenas obras de arte destacan en el interior de este templo. Así, los retablos barrocos del crucero, de finales del siglo XVII, con pinturas alegóricas de Domingo Chavarito inspiradas en Rubens; el lienzo de San Nicolás, de Juan de Sevilla, los de San Pedro y la Inmaculada, de Bocanegra; y, entre las esculturas, un San José de Diego de Mora, Santa Lucía, de Alonso de Mena, San Agustín, San Nicolás de Tolentino y la Inmaculada, de Pedro de Mena; Santa Mónica y la Magdalena, atribuidas a José de Mora. En esta iglesia radica la sede de la hermandad filial de la célebre Morenita de Andújar, la cofradía de la Virgen de la Cabeza.