El Arco de las Pesas es la estrella del Ensanche y de la Plaza Larga. Se trata de una puerta abierta en la muralla que asciende por la cuesta de la Alhacaba y que continúa hacia el este entre cármenes y viviendas.
Era la comunicación principal que se estableció entre la ciudad surgida en el siglo XI, al otro lado de la muralla, y el arrabal que se va conformando extramuros a lo largo del siglo en el XIII. El pasadizo, estrecho y en cuesta, nos recuerda que un día debió ser puerta exterior y, por tanto, con una función defensiva, así como el recodo, que obliga a que el torreón que cobija el arco sobresalga de la muralla, planteamiento que no se produce en las fortificaciones cristianas. La portada presenta la originalidad de tener un arco de herradura enjarjado con dovelas de piedra de La Malahá.
En la cara de la muralla se pueden observar algunas zonas erosionadas con agujeros colocados regularmente según un orden horizontal y vertical. Se llaman mechinales y los restauradores se han cuidado de no taparlos para que sirvan de testimonio de la técnica constructiva de una cerca musulmana, llamada, en este caso, de tapial calicostrado.
Éste se hacía a partir de un encofrado con tablones de madera que se sujetaban y tensaban entre sí con palos y sogas de esparto. En el encofrado se vertían piedras, gravas, arcilla y un poco de cal grasa que hacia de aglomerante, que luego se compactaba con grandes mazas de madera. La parte exterior que rozaba con la tablazón llevaba mucha más cal, para que cementara con más consistencia y protegiera el resto del muro. Por ello, si la capa externa desaparece el interior se desmorona con facilidad, ya que en él no hay aglomerante. Finalmente, las agujas de madera quedaban condenadas y con el tiempo desaparecían quedando en su lugar los agujeros que hoy delatan su presencia. A veces, en ellos se han conservado restos de madera, que tras un estudio preciso pueden servir para datar el muro.
Sobre los nombres de la puerta
Siempre llama la atención del visitante unos trozos de hierro de fragua que hay colgados encima del arco. Son pesas de las balanzas antiguas que se usaban en el comercio que aquí se ejercía. Los miembros del fielato, situados en algún rincón, si descubrían que eran falsas y servían para sisar al comprador, las exponían allí para público escarmiento. Esta práctica nos remite a su nombre más conocido. Otra denominación (puerta Nueva), nos viene del siglo XVI por haber estado cerrada hasta después de la expulsión en que se mandó abrir, pues los moriscos evitaron utilizarla por efecto de una supersticiosa predicción.