Para conocer el entorno de nació y creció el poeta granadino se puede realizar una breve ruta de dificultad baja, que se puede completar con la visita a los lugares lorquianos más significativos. En primer lugar para empaparse del paisaje de la vega, aquel que disfrutó e inspiró a nuestro poeta más universal nos trasladaremos hasta Fuentevaqueros. En el número 4 de la calle que actualmente lleva su nombre nació Federico García Lorca el 5 de junio de 1898. Aún muy niño, se trasladó con su familia a la vecina Valderrubio, donde su padre poseía una pequeña casa de labor y en donde queda un museo dedicado a la estancia del poeta en la localidad. El ambiente del pueblo y sus gentes fueron de gran influencia en su obra.
Iniciamos el recorrido en el Paseo del Prado de Fuentevaqueros, donde se ubican el monumento y los monolitos en homenaje a Lorca. Continuaremos por el Paseo de la Reina, tomando los caminos del Cuarto, Cardeal y Martinete hasta llegar al anejo de La Paz. En todo el camino nos acompañarán frescas choperas y alamedas entre las que transcurrió la niñez del poeta, por las que paseó y las cuales plasmó en sus libros. Desde este anejo emprenderemos el camino de vuelta tras un total de ocho kilómetros y unas dos horas de trayecto accesible para todo el mundo.
A continuación proponemos adentrarnos en las calles y plazas de la localidad, y visitar la casa donde nació y en la que podremos contemplar manuscritos y primeras ediciones lorquianas, bocetos para decorados teatrales y correspondencia personal, así como obras de autores contemporáneos al artista. Merece la pena detenerse en el teatro, el centro de estudios lorquianos para profundizar en su obra, la fuente del Agua, o la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Restarían para completar la visita por los lugares lorquianos por excelencia, la Huerta de San Vicente, un regalo que Federico García, padre del genial poeta granadino, hizo a su familia en 1925, donde ésta pasaría los veranos. Y por último el Parque Federico García Lorca de Alfacar, inaugurado en 1986 y se halla en el Barranco de Viznar, escenario de la trágica muerte del escritor.