Las calles de Baza ofrecen una manera diferente de mirar la historia. Este pueblo del norte granadino es testigo directo de cómo vivieron durante años diferentes culturas y cómo aprovecharon hasta las oquedades de la tierra para hacer sus viviendas. Sus yacimientos arqueológicos, como la ciudad ibero-romana de Basti y sus necrópolis –en una de ellas se recuperó la famosa Dama de Baza–, conventos, palacios y el museo hacen de Baza un rincón con un importante valor histórico-arqueológico en el que descubrir valiosas estampas del pasado.
Esta semana les proponemos que inicien el recorrido en la Plaza Mayor de Baza. Lo primero que puede visitar el viajero es el museo municipal que permite descubrir los hábitos de los moradores de estas tierras en la prehistoria, cómo fue la cultura ibera o qué huella dejaron los romanos y qué les deparó la etapa medieval y la moderna. Dos de las piezas más sobresalientes de este museo son la réplica de la Dama de Baza y el original del guerrero de Baza. En la misma plaza también se ubica la iglesia mayor de nuestra Señora Santa María.
Ya fuera de esta plaza uno de los lugares sorprendentes del pueblo, que es cabecera de la comarca de la zona norte, son las Antiguas Carnicerías. Representan un ejemplo de la arquitectura mudéjar donde aún se conservan restos de la época.
Este paseo por la historia de Baza obliga al viajero a visitar monumentos religiosos como el convento de Santo Domingo –donde resalta su bello claustro– o la Iglesia de los Dolores. Y ya en el barrio de Santiago, donde las calles son estrechas y está muy presente aún la huella morisca, se conserva la iglesia de Santiago. En el antiguo arrabal de Marzuela –conocido ahora como barrio de Santiago– también se levantan unos baños llamados hasta ahora árabes, pero parece ser que se construyeron en siglos posteriores.
La siguiente parada –no hay mucha distancia de un barrio a otro– puede ser el Palacio de los Enríquez. Habrá que subir unas cuestas para contemplar este palacio renacentista concebido como villa de campo al modo italiano.
En el recorrido desde la plaza Mayor hasta el Palacio de los Enríquez el viajero pasará por delante de la fuente de los caños dorados. Está situada junto a la Puerta del Peso y cuando fue construida en el siglo XVII servía de abrevadero para los viajeros que se acercaban a Baza o caminaban por los alrededores, así como para los hombres que realizaban las labores de trilla en la cercana plaza de las Eras, donde ahora está el monumento al Cascamorras.
Sierra y desierto En paseo por Baza está preñado de edificios que hacen referencia a la historia de este municipio que combina, además, la arquitectura con zonas de sierra y con terrenos casi desérticos como los ‘bad-lands’. En el casco urbano, otra de las citas obligadas lleva al viajero hasta el barrio de la Merced donde se levanta el convento e iglesia del mismo nombre donde se custodia la imagen de la Virgen de la Piedad, copatrona del pueblo. También hay que ir al barrio de San Juan.
Antes de hacer alguna escapada a los alrededores de Baza –para los recorridos por el Parque Natural de la Sierra de Baza les citamos otro día que se lleven la mochila y buenas botas – les recomendamos que se den un paseo por el Rabalia, antiguo barrio árabe construido extramuros de la ciudad medieval. Sus casas encaladas levantadas en estrechas callejuelas son uno de los mejores ejemplos del caserío de los barrios históricos junto a los ya citados barrios de Santiago y San Juan.
El viajero no puede irse del municipio bastetano sin visitar e incluso alojarse en las cuevas. También hay que ir a la ciudad ibero-romana de Basti. Está a unos 500 metros pasado el hospital. La Oficina de Turismo también organiza visitas guiadas a la ciudad.
Baza guarda al viajero paseos intensos donde encontrase con sus antepasados a través de diferentes miradas a la historia.