Destacar como denominador común de sus caldos, el que las viñas de las que proceden están situadas en cotas de elevada altitud (a 1.000 m.) y expuestas a la influencia del mar Mediterráneo, ya que éste se encuentra a unos 10 kilómetros en línea recta. Las variedades de uva generalmente se cultivan en suelos pizarrosos con unas pendientes que en algún caso dan vértigo.
Subiendo hacia las cumbres de la Contraviesa encontramos la bodega de Barranco Oscuro. Es especialmente bonita y con unos de los vinos de la mayor calidad de la comarca y fama consagrada en el exterior. Manuel Valenzuela, su creador, es además un pionero en la Alpujarra granadina en crear vinos especiales y sacar cavas únicos. Ha sido pionero siempre con su ideología de vinos ecológicos y naturales, que ha repercutido en los distintos agricultores y vinicultores de la zona. Todo un precursor en la forma de cultivar la vid y elaborar el vino sin añadidos químicos. Y además su sala de crianza tiene una bóveda en ladrillo digna de visitar.
Muy cerca y un poco antes de llegar a la bodega Barranco Oscuro, nos encontramos con la Bodega Los Barrancos. Esta proviene de una cooperativa que se creó en esta zona Alpujarra-Contraviesa, para así elaborar conjuntamente el vino de esta comarca. Cuando se vino abajo se vendió a Peter Hilgard y su mujer Isabel del Olmo, que venían de Alemania a comprar vino a esta Comarca, y así pasaron a ser dueños de su propia bodega. El autor de estos vinos de calidad es el enólogo Cesar Ortega. Él cuida con esmero la viña, la azufra personalmente las 8 hectáreas y elabora sus caldos a una altura de 1.250 m. Su vino tradicional desde el año 2000 es el Corral de Castro.
La bodega más grande de toda la Contraviesa (con 30 hectáreas de viñedo) es la de Cuatro Vientos. Francisco Javier Molina Castillo, es el enólogo y director técnico. Y ha sido el que ha mantenido la elaboración de estos vinos. Otro claro de apuesta por unos vinos de calidad fruto de los barrancos de la localidad de Murtas, todos con mucha pendiente. La orografía del terreno en la que se encuentran los viñedos tienen una inclinación y unas vistas asombrosas. Cuentan también con una venta, un restaurante conjunto a la bodega y un museo del vino que se encuentra en la parte superior del hermoso e histórico edificio antiguo, y debajo una sala de crianza, toda ella con una solera de más de medio siglo.
Cerca de allí, en la encrucijada de caminos de los pueblos de Murtas y Turón, aparece una quesería totalmente nueva y unas cuadras con solera de ovejas, donde se crea el queso de La Venta del Chaleco. Desde esta antigua venta, sale una pista asfaltada que sube al Cerrajón de Murtas. La cumbre más alta de estos parajes, desde donde se divisan unas maravillosas vistas.
A un kilómetro de Ugíjar está la bodega ‘Dominio Buena Vista‘. Juan Palomar, cirujano en Estados Unidos, exporta sus vinos hasta su país de trabajo. Él lleva ocho años creando y mejorando su cortijo y ha llegado a obtener una bodega funcional, moderna y bonita. Dentro de sus 10 hectáreas de viñedo se pueden encontrar variedades tan especiales como de Chardonnay de origen californiano y chileno y Viogner.
El pueblo cercano de Jorayrátar cuenta además con un museo de labranza y costumbres populares de la Alpujarra. En otras bodegas nos sorprende la dedicación tan exclusiva de sus propios creadores. Son solo ellos los que labran las viñas (con sus mulos y con tractor de cadenas las que están más abiertas), lo elaboran en distintos espacios, los distribuyen, van a venderlo y a cobrarlo. Mencionar la Bodega García de Verdevique, donde Antonio García y su hijo en el término de Cástaras hacen su trabajo, y también la Bodega Bernardino.
No olvidar la muy recomendable Bodega Morayma. Ofrece alojamiento en esta finca agroturística, de 48 hectáreas de agricultura ecológica, que aprovecha que en esta Comarca ha habido siempre vinos (incluso en la época árabe), para tener un par de hectáreas de viñas. Lo suficiente como para comercializar este buen caldo en el restaurante del hotel rural de la Alquería de Morayma, y de un carmen restaurante en el Albayzín de Granada que se llama Mirador de Morayma.