Una ruta por la Comarca de los Montes Orientales sorprenderá al visitante por su amplia oferta de ocio, cultura y naturaleza. Un auténtico paraíso para los amantes del turismo rural que encontrarán una tierra de contrastes, de pueblos llenos de luz y tranquilidad, donde adentrarse en su historia a través de restos arqueológicos, muestras de arte rupestre y monumentos megalíticos. O sumergirnos en la naturaleza en estado puro por distintas rutas como las que nos llevarán al paraje "El Sotillo" en Iznalloz, al Embalse de Colomera, el Paraje de los Roaero en Montillana o por la Cueva de las ventanas en Píñar. Balnearios y aguas medicinales, espeleología, senderismo, montañismo, piragüismo o caza completan las alternativas de ocio activo, salud y deporte, que se pueden practicar en este entorno.
Mencionar también su situación privilegiada al norte de la provincia, entre las cordilleras Penibéticas y Subbéticas. El relieve es montañoso, de colinas suaves casi en su totalidad cultivadas de cereales, cerezos y almendros, entre valles, semidesiertos y cuevas, resultado de la combinación del clima, la naturaleza caliza del suelo y la acción del agua. Los campos extensos de girasol y los olivares conforman el paisaje más característico del territorio, en el que se combina el verde de los cultivos y el blancos de sus sierras. Destacan la Sierra de la Montillana, Alta Coloma, Limones con un importante núcleo de pinos y encinas centenarias y Sierra Arana.
Precisamente la elevación del terreno hizo que desde la prehistoria se estableciera el hombre en sus tierras y fuera zona de frontera. Gran parte de los orígenes de los actuales pueblos, surgieron en época musulmana cuando algunas fueron zonas fortificadas. La comarca está compuesta por los siguiente municipios: Alamedilla, Alicún de Ortega, Benalúa de las Villas, Campotéjar, Dehesas de Guadix, Dehesas Viejas, Deifontes, Domingo Pérez, Gobernador, Guadahortuna,Huélago, Iznalloz, Moclín, Montejícar, Montillana, Moreda-Laborcillas, Pedro Martínez, Píñar, Torre Cardela y Villanueva de las Torres.
Las actividades económicas principales son la agricultura, la ganadería y el turismo rural, con atractivos de visita obligada como el castillo de Píñar, las cuevas del agua en Iznalloz, el puente romano de Montejícar, Guadahortuna, el torreón de Torre Cardela, o la multitud de muestras de arte religioso, renacentista y barroco que albergan estos pueblos. Basten los ejemplos de la ermita del Cristo del Paño de Moclín, la iglesia de San Sebastián, la Asunción en Alicún de Ortega, la Encarnación en Colomera , los Remedios en Iznalloz o templos parroquiales como el de Guadahortuna. No debe tampoco perderse la oportunidad de conocer el Puente de Hierro, en Alamedilla, construido por un discípulo de Gustavo Eiffel, y lo restos del Castillo árabe de Iznalloz, previa parada relajante en el Balneario de Alicún de Ortega.
Pero antes de dejar la comarca que seguro nos dejará buen sabor de boca, se deben degustar las exquisiteces de la zona. La cocina de los Montes Orientales es sencilla y tradicional de origen andalusí. En sus platos no faltan productos de la tierra derivados de la caza y el aceite de oliva de gran calidad con denominación de origen “Montes de Granada”. Y en sus guisos es común la cebolla, el ajo, el perejil, el tomate, el pimiento seco y el pimentón (dulce y picante), el laurel y la pimienta, además de las hierbas y especies propias del campo y el monte. El puchero de matanza, el potaje vigilia o el choto al ajillo son platos típicos, así como las migas con pajarilla, las gachas, andrajos, la sopa de panecillos, el conejo al ajillo, y la codorniz en escabeche. Sin olvidar su rica repostería que ofrece a los paladares más golosos gran variedad de dulces artesanales como borrachuelos, hojuelos, boladillos, leche frita, roscos de vino o anís y crema tostada. En relación a sus múltiples festividades destacan las romerías de San Isidro, de la Virgen de la Cabeza o el Cristo del Paño; el festival folklóricas en Montejicar, fiesta de "Moros y Cristianos" en Iznalloz o los bailes de Jeringoza.