La publicidad lo dice y es rigurosamente cierto. La Alcazaba de Busquístar es un bello complejo de aparta-hotel situado en el corazón del Parque Nacional Natural de Sierra Nevada, a 1.700 metros de altitud sobre el nivel del mar, a tan sólo 4 kilómetros de Trevélez y a menos de una hora de las playas de Motril y Adra. El mejor lugar y el paisaje idóneo para una bella construcción decorada en la línea típica de los pueblos de la Alpujarra, de enorme atractivo para el viajero.
Y es que elementos decorativos y arquitectónicos como las cubiertas (terraos cubiertos de launa), tinaos (terrazas), chimeneas y aleros de piedra negra, entre otros, contrastan con todo un haz de luz y color únicos, para poder así ofrecer al visitante un lugar donde sentirse privilegiado y en una comarca que es mundialmente conocida por sus pequeños pueblos de calles empinadas y retorcidas que cuelgan sobre barrancos o enseñorean su belleza en cimas de las laderas del macizo de Sierra Nevada.
Una comarca singular en todo, diferente a todo y en la que el aislamiento sufrido durante siglos ha dotado de personalidad propia a sus gentes, tan receptivas como amables. Poblaciones de tan marcado carácter y personalidad como Lanjarón, Capileira, Bubión, Pampaneira, Órgiva, Pitres, Pórtugos, Bérchules, La Tahá, Laroles, Válor, Ugíjar, Murtas y Trevélez, éste último el municipio situado a más altura de toda España, son parte fundamental de un entorno que acrecienta y enriquece una oferta de turismo con enormes posibilidades, bien para disfrutar del frescor en verano, de una espléndida nieve en invierno o simplemente para contemplar la amplia gama de flora y escuchar el silencio, algo posible en ese gran paraíso que es la Alpujarra toda.
Pero la oferta no es puramente contemplativa. En contraste con el entorno y para ofrecer una estancia agradable, la Alcazaba posee magníficas instalaciones: piscina exterior de ozono,piscina interior climatizada, pista de squash, mesas de ping-pong, salón de juegos, amplios jardines con zonas de estancias para lectura, SPA donde disfrutar de espacios dedicados al cuidado de la salud y belleza y dos restaurantes en los que se pueden degustar los platos típicos de la zona, el principal con capacidad para 120/140 comensales y otro más pequeño con capacidad máxima para 25/30 pax, según disposición, además de un comedor privado para 14 personas.
Gastronomía típica
El huésped puede disfrutar sin salir del hotel de una selección de la gastronomía típica de la Alpujarra, pero también puede plantearse rutas culinarias por los pueblos del entorno (Trevélez, Busquístar, Capileira, Pórtugos, Pitres, etc…) donde encontrará todo el abanico de manjares alpujarreños, entre los que destacan el plato alpujarreño, la carne en salsa, el conejo cortijero y la pierna de cabritillo al horno.
La carne de cerdo, el choto, las verduras labradas en la tierra granadina y el aceite de oliva son ingredientes propios de la cocina alpujarreña, mientras que los productos ibéricos, el jamón de Trevélez y el cerdo, son los productos más demandados.