Cuenta la leyenda que el rey Boabdil, el último de la dinastía nazarí, se emocionó mucho cuando tuvo que dejar Granada y explica además que no pudo contener las lágrimas al contemplar por última vez la capital de la Alhambra.
También dice la tradición que esas lágrimas las derramó en un paraje de la localidad de Otura conocido por todos como el Suspiro del Moro. Es uno de los rincones más emblemáticos de la provincia granadina y desde el que aún se contempla una bella imagen de la ciudad y de sus alrededores.
El viajero divisará ahora una imagen distinta a la que oteó el rey Boabdil después de ser expulsado tras la conquista de los Reyes Católicos, pero puede realizar un agradable paseo por los alrededores de la localidad de Otura, situada a menos de quince kilómetros de Granada.
Está ubicada en los límites del territorio conocido como La Campana, porque se oía en toda su extensión el sonido de la campana de la Torre de la Vela de la Alhambra. El municipio de Otura se encuentra a caballo entre las estribaciones del extremo noroccidental de Sierra Nevada, las llanuras de vegas de su entorno y los límites vecinales de las comarcas del Temple y el Valle de Lecrín.
La localidad ofrece una imagen urbana y rural en la que descansan en la actualidad cientos de familias que trabajan en la capital y viajeros que quieren disfrutar de Granada y toda su diversidad. Otura y la imagen de sus alrededores se ha modernizado, aunque la tradición sigue vigente en este municipio que en una época anterior y después de la conquista S. XV y XVI abasteció a la capital de productos agrícolas y ganaderos.