Salimos de Cádiar por el polideportivo, buscando el río que va a ser nuestro compañero durante un buen rato. Disfrutamos de los cultivos que hay por la zona y volvemos la vista hacia la sierra, los pueblos enjabelgados parecen estar colgados de la montaña haciendo un increíble ejercicio de equilibrio para no despeñarse.
Pasado un cortijo abandonado, va a cambiar el paisaje, el sendero comienza a separarse del río por la derecha, cultivos de secano y después matorral xerófilo. Llegamos a la rambla de Albáyar y enseguida llegamos a Lobras.
Salimos por la parte alta de Lobras por un carril que sale a la izquierda, buscando la pequeña aldea de Tímar, que pronto se nos hace visible por el camino. Tímar está situado en la falda del cerro conocido con el nombre de El Fuerte, que debe su nombre a la existencia de restos de un castillo medieval. De la parte alta sale el sendero entre chumbas y pitas que nos va a conducir en 40 minutos a Juviles.
Desde la iglesia, pero al otro lado de la carretera, cogemos un camino encementado que nos va a llevar al depósito de agua potable. Vamos a iniciar la subida hacia Trevélez a través de la loma de las Alberquillas y de la loma de Juviles. Pronto se nos quedará debajo la balsa de riego.
Salimos por la senda derecha, como en otras ocasiones por un camino artesanalmente empedrado, entre huertas y después por un encinar. Cruzamos el cortafuegos de la Loma de Juviles para introducirnos en el barranco de Juviles.
Durante un rato vamos a ir paralelos a un camino carretero. Lo dejamos y por Prado Seco nos acercamos al barranco de los Castaños. Seguimos la senda que pasa por la era del cortijo, llegamos a un pinar, lo atravesamos, buscamos el barranco, lo pasamos y ya hemos llegado a Trevélez.