Carente de un patrimonio arquitectónico destacado, hay que mencionar la iglesia parroquial de San Isidro Labrador y la ermita de Nuestro Señor Amarrado, en el barrio de Las Cuevas, donde mucho tiempo vivió el ermitaño Francisco de Velasco y que hoy se encuentra en ruinas aunque va a rehabilitarse. Peculiaridades Aparte de las numerosas viviendas cueva que hay en el término municipal, cabe destacar la celebración de hogueras el día de La Candelaria (2 de febrero), alrededor de las cuales los vecinos suelen pasar unas horas de convivencia consumiendo fundamentalmente productos del cerdo.
Historia
De origen claramente islámico, el nombre de esta localidad procede de término árabe walima, que significa convite y podría estar sugerido por alguna finca de recreo que hubiera en el lugar durante esa etapa histórica y a partir de la cual se constituyó un núcleo de población más amplio y estable. Algunos autores defienden que llegó a ser centro geográfico del distrito de El Temple y desde luego se hallaba en la ruta de los grandes cortijos entre Granada y Alhama. Después de su cristianización cambió radicalmente su forma de vida, aunque se mantuvo siempre en un censo corto de población y afectada por los movimientos migratorios. Hasta la década de los sesenta en el siglo XX hubo vecinos viviendo en las cuevas, algunas de las cuales se están acondicionando para incorporarlas al circuito del turismo rural