De un antiguo convento construido en 1531 y al que se le unieron con el tiempo diversos edificios secundarios, complejo llamado hoy Huerto de San Antón, nació la iglesia de Pulianillas. También allí se conserva un viejo molino con prácticamente todos sus elementos. La iglesia parroquial de Pulianas, Nuestra Señora del Rosario, es bastante posterior, del siglo XVIII, y tiene un magnífico retablo que precisa ser restaurado. Un importante conjunto de cruces de piedra en los alrededores del casco urbano, completado con otras adosadas o como bajorelieves en la pared de algunas fachadas, forman un Vía Crucis que se hacía en esta localidad durante la Semana Santa. Destaca un grupo de tres, con la imagen de Jesucristo tallada en piedra en la del centro, situadas en el Camino Viejo y que datan del siglo XVI. Peculiaridades El Carnaval ha tenido siempre buen arraigo en este municipio y se mantiene la tradición de salir al campo el Jueves Lardero, en grupos familiares y de amigos, llevando consigo rosquillas, chocolate, huevos duros y frutas, que es lo típico para comer ese día, además de cuerdas para hacer columpios con los que divertirse durante la jornada de convivencia en contacto con la Naturaleza.
Historia
Los orígenes de Pulianas son romanos, constituyéndose a partir de una de las numerosas villas de explotación agrícola próximas a Granada. Así lo atestiguan tanto los restos arqueológicos hallados como el que su nombre proceda de un topónimo árabe, Bulyäna, carente de significado concreto, por lo que debió sustituir a uno latino anterior. Las persecuciones de los almorávides y las escaramuzas de apoyo de las huestes cristianas, entre ellas de Alfonso I el Batallador, y más tarde la propia guerra civil de Granada y la Reconquista finalmente influyeron en que casi siempre tuviese pocos habitantes y hubiese entre ellos numerosos muertos. Aún así, era de las localidades que abastecían de alimentos a la capital del Reino, alcanzando por ello una cierta importancia y un despegue económico con la dinastía nazarí desde mediados del siglo XV. Tras la victoria de los Reyes Católicos quedó sometida al Corregimiento de Granada y vivió con prosperidad hasta el siglo XVIII en que las epidemias sucesivas de peste y cólera, y ya en el XIX la llegada de los franceses, de nuevo mermaron sus habitantes y su crecimiento. Definitivamente la revolución industrial que propició el desarrollo azucarero en la provincia supuso un fuerte apoyo, por el cultivo de remolacha, para este núcleo de población que poco antes había alcanzado ya la categoría de municipio formado por dos poblaciones: Pulianas y Pulianillas..