Nevada

En Laroles se conserva una acequia árabe llamada Malcoba, que recorre y delimita todo el núcleo urbano. La iglesia parroquial de esta localidad, dedicada a Nuestra Señora del Rosario, es del siglo XVI pero tiene una vistosa torre de ladrillo visto que se corona con una singular cúpula entre bulbosa y semiesférica añadida en el siglo XVIII. La de Júbar, del Cristo de la Luz, es la más antigua de toda la comarca de la Alpujarra, aunque casi de la misma época son las de Mairena y Picena. Peculiaridades Ofrece Nevada a sus visitantes magníficos paisajes, espléndidas rutas para practicar senderismo y una cada vez más desarrollada estación recreativa del Puerto de la Ragua, donde pueden practicarse numerosos deportes de invierno entre ellos el esquí de fondo. Mairena tiene hermosas calles abarrotadas de flores, Júbar está rodeada de huertos y de un bosque de encinas donde hay también castaños centenarios, y Laroles y Picena conservan el sabor netamente morisco de un trazado urbano retorcido y singular. En el núcleo de Picena van acompañadas las fiestas patronales con el encendido de ñchiscosñ, hogueras de carácter comunitario; y en Laroles se mantienen productivos talleres donde se practica y se enseña el trabajo de forja, la artesanía con esparto y mimbre y la confección de tapices.

Historia

Nevada es un Ayuntamiento que agrupa las localidades de Laroles, Picena, Mairena y Júbar, unidas en 1974, y constituye la puerta natural de entrada a la Alpujarra Alta. Poblada desde muy antiguo, se dice que ofreció una gran resistencia a la llegada tanto de los romanos como siglos después de los bereberes. Sin embargo, su actual ubicación y trazado es de origen claramente islámico y recuerda todavía el sistema administrativo del reino nazarí, con la tahá como término municipal único que agrupa diversos núcleos, siendo Laroles (antigua Alaroles, que dependía de Ugíjar) la sede de la Casa Consistorial. Por su situación estratégica, esta zona jugó un papel fundamental en la guerra de guerrillas que protagonizaron los moriscos durante el tiempo que duró su levantamiento en el reinado de Felipe II. Eso hizo que la represión se hiciera notar especialmente y que el lugar quedara prácticamente despoblado tras la expulsión de los rebeldes.