La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Anunciación, en Graena, es de estilo mudéjar, lo mismo que otro templo construido en Cortes y dedicado a Nuestra Señora de la Presentación. Tiene yacimientos arqueológicos de la Edad del Bronce, como casi todo el territorio correspondiente, y unas columnas de origen romano sin catalogar junto a los manantiales. El balneario, de propiedad municipal, está restaurado y sus aguas son consideradas como de las mejores de España. Sin embargo no tiene residencia, aunque sí hay lugares en el municipio donde puede residirse durante el tiempo que dure el tratamiento. Por último, las típicas viviendas-cueva, propias del periodo árabe-andalusí y muchas de ellas todavía habitadas, forman un paisaje característico de toda la zona. Entre ellas destacan las conocidas como Cueva de la Tía Micaela y Sin Salida, que tiene su origen en la Prehistoria y han estado ocupadas hasta hace algunas décadas. Peculiaridades En la festividad de San Marcos, en abril, se elaboran y distribuyen las típicas roscas y se cocina para todo el pueblo y los posibles visitantes, con aportaciones de los propios vecinos, el no menos tradicional potaje de garbanzos. Se está intentando recuperar asimismo, en la festividad de la Anunciación, una vieja costumbre, la fiesta de las Mozas, de la que de momento sólo queda la procesión con la imagen de la Virgen por las calles del municipio.
Historia
Situada en la vertiente norte de Sierra Nevada, este espacio está habitado desde la Edad del Bronce por lo menos como demuestran los yacimientos arqueológicos descubiertos en toda la zona, incluyendo vestigios romanos. Sin embargo es evidente que, por la tipología urbana y por otras razones, fue durante la época árabe cuando alcanzó mayor protagonismo, sobre todo gracias a la calidad de sus aguas termales, de fuerte contenido ferruginoso, premiadas en la Exposición Universal de París en el año 1900. Su nombre, habitual en la toponimia española, procede del latín y viene a significar casas de labor, de las que hubo muchas en tiempos del Imperio Romano. Tras la conquista cristiana en 1492 quedó en dependencia directa de la Corona, junto con otros pueblos de los alrededores, hasta que en el siglo XVII adquirió el municipio la familia Pérez de Barradas que asumió de este modo el Marquesado de Cortes.