Calicasas, a pesar de sus antiguos orígenes, carece de edificios de interés histórico o monumental. Tenía hasta hace poco una iglesia parroquial, no muy antigua por cierto, pero ardió hace pocos años y de ella sólo han quedado las ruinas. Peculiaridades Entre las tradiciones que se siguen respetando en torno a la Semana Santa, el Domingo de Resurrección los niños de Calicasas arman un muñeco y lo rellenan con paja. Es el Judas, que simboliza la traición y al que durante la procesión le disparan los jóvenes sus escopetas, se increpan los vecinos y finalmente es arrastrado por las calles del pueblo hasta la entrada del puente en las afueras. El sábado de las fiestas, en agosto, por otro lado, tiene lugar lo que continúan llamando la romería, nombre que procede de los años en que todavía se bajaba hasta el río para celebrar esta jornada de convivencia que ahora se limita al real de la propia feria. El Ayuntamiento organiza y paga una paella que hace acompañar con carne asada y bebidas variadas con las que se invita a todos los vecinos y a los visitantes que hayan podido acudir.
Historia
La historia de Calicasas se remonta a la época del Imperio Romano, por lo menos, como demuestra el hallazgo de una lápida en la que se da cuenta, en latín, de la asistencia de los vecinos de varias localidades, entre ellas Calicatro, a unas fiestas y juegos celebradas en Ilípula con motivo del traslado de lugar de la villa de los Peligros. Su nombre actual, sin embargo, parece proceder más directamente de la denominación árabe Quarynat al-Qannar, en principio una alquería en el entorno de Granada, dentro de la amplia zona de Vega que se conocía como La Campana, lugares todos hasta donde llegaba el sonido de la campana de la Torre de la Vela de la Alhambra.