Beas de Giuadix conserva restos de la cultura argárica con ricos yacimientos arqueológicos, vestigios de unas villas romanas que se alzaron en la zona y también de una fortificación defensiva construída durante la dinastía nazarí. El principal monumento del municipio, sin embargo, es la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Paz, que fue levantada en el siglo XVI con estilo arquitectónico mudéjar pero tiene un estupendo retablo barroco. Peculiaridades Lo que más destaca en el término municipal, al ser parte integrante del parque natural de Sierra Nevada, es el paisaje y la posibilidad de disfrutar de la naturaleza en pleno apogeo, con grandes masas de bad-lauds y extensos bosques de pinos. Tiene además numerosos miradores, de los que el más conocido es el denominado del Fin del Mundo. También, como curiosidad para visitar, cuenta con antiguos molinos de agua, una prensa de vino medieval y, sobre todo, muchas viviendas-cueva que fueron habitadas en épocas prehistóricas y también, aseguran las crónicas, durante la dominación musulmana en la zona.
Historia
Situado en la Hoya de Guadix, en una vega regada por los ríos que descienden por la vertiente norte de Sierra Nevada, en pleno parque natural del mismo nombre, su nominación tiene que ver con el latín Vias que quiere decir camino. De hecho, los romanos tuvieron allí un lugar de aprovisionamiento en el cruce de la ruta desde Granada hacia Guadix y La Peza, que adquirió además singular importancia. Con los árabes mantuvo cierto protagonismo por su situación geográfica estratégica y también fue lugar de prisión para los soldados cristianos que eran capturados en las frecuentes escaramuzas que sufrió la zona; hasta el punto de que llegó a ser conocida, incluso, como Beas de los Cautivos. Más tarde, a lo largo del siglo XVI, dominaron estas tierras los Guajiríes y estuvo en ella Omeya, pariente del morisco Abén Humeya que lideró la rebelión de la Alpujarra.