En Alicún de Ortega puede visitarse una singular iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Anunciación que fue construída en el siglo XVII, de planta muy cuadrangular. Peculiaridades Municipio de economía eminentemente agrícola, su terreno llano y fértil produce sobre todo cereales. Carente de grandes monumentos, ofrece sin embargo espacios naturales de indudable belleza y posibilidades para dar largos paseos en contacto con la naturaleza. Es curiosa su Hermandad de las Ánimas, con más de un siglo de antigüedad, que corre con los gastos de enterramiento de todos los hermanos y se nutre de una cuota anual y de una rifa que tradicionalmente se celebra el día primero de enero de cada año, con productos del cerdo y agrícolas pedidos casa por casa durante la jornada de Navidad anterior.
Historia
Enclavada al norte de la Hoya de Guadix, ya en el límite con la provincia de Jaén, a más de 700 metros de altitud pero en terreno llano, el lugar que hoy ocupa el municipio de Alicún de Ortega fue habitado por las primeras civilizaciones prehistóricas que poblaron la peninsula Ibérica y de ello se han encontrado importantes y numerosos vestigios neolíticos e ibéricos, conservándose algunas viviendas trogloditas que en toda la zona resultan muy abundantes. Tuvo singular importancia durante la época árabe, librándose numerosas escaramuzas en sus inmediaciones, como cuando en 1315 el infante don Pedro derrotó a las fuerzas del rey de Granada, que estaban mandadas por Ozmín, en la batalla de Piedras Bermejas. Fue un tiempo zona fronteriza y sufrió como tal operaciones de hostigamiento por parte de jinetes castellanos acuartelados en Cazorla. Su conquista por los Reyes Católicos fue el preámbulo de la inminente toma de Granada. Su nombre cambió en este tiempo, primero se la conoció como Acatucci, luego Agatugia y por último Alicún, topónimo relativamente frecuente en la geografia española que alude a la existencia de baños termales, hoy en el término municipal de Villanueva de las Torres.