Pese a ser un municipio pequeño, Albuñán ofrece una preciosa iglesia de la Anunciación, levantada en el siglo XVI, y tiene además un muy completo Museo Etnológico, que ofrece una llamativa colección de enseres y aperos de labranza, utensilios de usos y costumbres populares, efectos de profesiones ya desaparecidas… todo lo cual puede visitarse previa petición al Ayuntamiento ya que no está abierto todos los días debido al escaso número de turistas que se detienen allí. Peculiaridades Eminentemente agrícola, con producción sobre todo de cereales y almendras, Albuñán mantiene la costumbre de celebrar una tradición que viene de épocas muy antiguas, el último domingo de mayo, llamada Fiesta de las Flores, durante la que las mozas casaderas recogen flores en el campo y agasajan a la que vaya a casarse ese mismo año. Cantan y bailan en su honor, celebran juegos en los que se exponen sentimientos a través de la música, en ocasiones con doble sentido o algo de picardía, y tejen una corona que termina en la iglesia como ofrenda a la Virgen. En junio, a nivel comarcal, se organiza la Muestra de Etnografía en torno al Museo, en la que se recrea un mercado del primer tercio del siglo XX con gente vestida como labradores y ganaderos de la época, puestos con productos de la tierra y hasta cantes y bailes con los fandangos propios de la zona.
Historia
Situada en una llanura por la parte norte de Sierra Nevada, Albuñán comenzó siendo una antigua alquería árabe en la que vivían familias fundamentalmente dedicadas al cultivo de cereales y con un pequeño castillo fortaleza que les servía de protección en caso de escaramuzas bélicas, según las crónicas del marqués de la Ensenada, pero del que lamentablemente hoy no se conservan restos. Con la conquista cristiana pasó a depender del Obispado de Guadix y tras la expulsión de los moriscos en el siglo XVI fue repoblado como otros muchos lugares de la provincia a base de colonos procedentes de otras regiones españolas, creciendo entonces como núcleo urbano.