Adosada a la Catedral se localiza la Capilla Real, lugar elegido por los Reyes Católicos para que los enterraran. En este punto hay que fijarse en la rejería del maestro Bartolomé. Los especialistas hacen notar que el edificio nace, además, con una contradicción: el lugar de privilegio de la capilla debe ser el que ocupan los sepulcros de los reyes, obra de Doménico Fancelli, pero tampoco era lógico que estos ocuparan un lugar más importante que el altar mayor.
Para solucionarlo, se distorsiona el espacio colocando los sepulcros frente al altar mayor y haciendo accesible la cripta subterránea que así se convierte en foco principal de atención del visitante. Una gran obra de la arquitectura conmemorativa gótica.
La Capilla Real está unida y comunicada con otros importantes edificios como la Lonja -desde ella se accede al museo-, Catedral e iglesia del Sagrario.