En la cima del cerro del Castillejo, justo al norte de la ciudad, se yergue desafiante una ermita cuyo origen se debe a la voluntad de un vecino de Atarfe, Juan de Dios Sánchez, en cumplimiento de una promesa.
En efecto, a raíz del hallazgo de una imagen de san Juan Bautista, a la que se le atribuyó un hecho milagroso relacionado con uno de sus hijos, Juan de Dios se comprometió a levantar una ermita dedicada a este santo, junto a san Juan Evangelista y san Juan de Dios. Aunque murió en 1949 sin concluir su tarea, dejó bien avanzado un pequeño templo con planta de cruz latina y tres naves, bajo el que se encierra un gran aljibe.
Tras largos años de abandono, en 1990 el municipio se hizo cargo de su rehabilitación, destinándolo a museo de Ciencias Naturales, y creando en su entorno un Parque Ornitológico y un Jardín Botánico, así como otros espacios de ocio. La subida puede hacerse por la zona de las canteras, reciente acondicionada, o por la antigua pista junto a la Escuela Taller, que aunque alarma a quien no la conoce, tiene un mayor encanto.
Desde el mirador, abierto a los cuatro puntos cardinales, el paisaje se extiende a los pies del visitante, alcanzando decenas de pueblos y dominando la mayor parte de la vega granadina y las montañas de su entorno. En las laderas del cerro, se pueden observar las canteras que abren las entrañas del monte y dejan sus huellas en el paisaje.
Es interesante conocer las incidencias relacionadas con la antigua cantera que se abría en la misma ladera norte del Castillejo, que amenazaba con hundir la propia ermita, por lo que se clausuró y se consolidó el corte, creándose un espacio de ocio, con un lago y una zona de recreo, donde se celebran espectáculos musicales.