Han intervenido en el baño del palacio de Comares Rafael contreras en 1848 y 1879-1880 restaurando toda la yesería y dándole color, Mariano Contreras bajo el mandato de su padre en 1882 y 1884, Modesto Cendoya en 1910, y Leopoldo Torres Balbás entre 1924 y 1935. El estudio más importante del baño la hizo Jesús Bermúdez Pareja.
La parte superior, a nivel del patio de Comares, la forman la vivienda del guardián del baño, la sala de desvestirse o al-bayt al-maslaj con un pequeño retrete, y la galería que mira a la parte inferior. Esta galería ha dado lugar a toda clase de leyendas.
La parte baja de al-bayt al-maslaj se denomina sala de las Camas, porque hay dos grandes poyos de obra donde, con cojines, se descansaba en animada conversación antes y después del baño. En el centro de la sala hay una fuente baja y quedan los alicatados maravillosos que cubrían su suelo. El centro se cubre con una hermosa linterna que restauró Rafael Contreras en el siglo XIX siguiendo la tradición de los llamados arquitectos adornistas, es decir, completar toda la decoración y pintarla.
De allí se pasa a al-bayt al-barid o sala fría, con dos alcobas laterales y en una de ellas una pila de agua fría, y de ella a al-bayt al-wastani o sala templada. El suelo del baño, menos la primera sala, era de mármol, y se cubría con bóvedas con lucernas (madawi) que daban luz cenital y separando o juntando los vidrios a las lucernas se conseguía que hubiera más o menos densidad de vapor. Se conserva una pila abierta en un pequeño arco en la pared que echaba agua en el suelo caliente y al evaporarse se podía conseguir el vapor. Los vidrios de las lucernas eran de colores (blanco y rojo).
La sala caliente o al-bayt al-sajun tiene dos grandes pilas de inmersión para el agua caliente. Curiosamente no están las pilas paralelas como ocurre en casi todos los baños. En la pila de inmersión mayor hay un arquito decorativo de mármol en el que está labrado un poema de Ibn al-Yayyab en honor de Yusuf I. Parece que esta pila tenía en las bocas del agua leones de bronce que han desaparecido.
La zona de servicio de este baño tenía una caldera de bronce (al-burma), perdida en el siglo XIX, que servía para calentar el agua, y el horno (al-furn) con su hypocausis sostenido por pilares de ladrillo que se abren en forma de palmera para sostener el suelo superior, que calentaba, y que como hemos visto, con la cantidad de agua apropiada producía vapor.
En este baño se puede comprobar que los hammam no sólo tenían una función higiénica, sino que en ellos hay una función de relación social. En el baño de Comares se palpa la idea del placer y hedonismo tan importante en la vida islámica. Se disfruta de la conversación y del contraste entre los dos contrarios: el frío y el calor.