Pocos monumentos, pero interesantes. Por ejemplo, la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Pilar, construida en el siglo XVI, de la que se perdió un hermoso retablo de Pedro Machuca que quemaron los moriscos. El palacio arzobispal de El Cuzco, residencia de monseñor Moscoso, edificación de finales del siglo XVIII que fue cuartel del mando durante los años más turbulentos de la Guerra Civil, y de la misma época una fuente que se mantiene en la Plaza de la Constitución. Y el edificio conocido como Las Pasaderas, donde Federico García Lorca, como todos los fusilados en esta zona, pasó sus últimas horas esperando la muerte. Peculiaridades Víznar acoge campamentos infantiles de verano y ofrece la oportunidad de realizar en su término municipal numerosas actividades al aire libre, como senderismo. La madrugada del 15 de agosto, festividad de la Asunción de la Virgen María, tiene lugar un Rosario de la Aurora muy popular y que se ha convertido en una tradición bastante arraigada. También se recuerda con actividades culturales la noche en que murió Federico, en el lugar del hoy parque con su nombre donde se cree que fue fusilado y enterrado.
Historia
De origen claramente islámico, Víznar llegó a ser durante la época histórica de la dominación musulmana una de las llaves del entramado de acequias que permitían regar la Vega de Granada y hacerla producir con la calidad y cantidad que le ha sido siempre habitual. Vivió con cierta virulencia la rebelión de los moriscos y se vio afectada lógicamente por la expulsión de éstos en el siglo XVI, por lo que hubo de ser parcialmente repoblada. De grandes masas arbóreas, este municipio ha sido siempre uno de los predilectos de las familias granadinas con recursos económicos para tener su segunda vivienda y huir de los calores de la capital en verano. Su clima benigno desde el atardecer, gracias a su ubicación más alta como población serrana, y su proximidad a la capital lo hicieron posible. En 1936 quedó marcada por haber pasado allí sus últimas horas el poeta y dramaturgo Federico García Lorca, fusilado una madrugada en algún barranco entre Víznar y Alfacar. Un triste episodio al que fue ajena su población, que sin embargo ahora vive con satisfacción los homenajes que se rinden a la memoria del escritor y al que ha dedicado un hermoso parque.