El principal monumento que conserva este municipio, en cuanto a patrimonio arquitectónico se refiere, es una torre árabe del siglo XIII, llamada la torre mora, que servía de protección a sus vecinos y está adosada a la casa palacio de los marqueses de Salar, una construcción del siglo XVI, todavía hoy de propiedad privada. La iglesia parroquial de Santa Ana es del siglo XVIII y hay también un viejo molino de agua que se encuentra muy deteriorado. Peculiaridades Salar tiene hermosas vistas desde numerosos puntos de su término municipal, como la Fuente Alta o la Cruz de Marino, y parajes de singular belleza como la cueva Monea, en el límite con Loja, que guarda estalactitas y estalagmitas. Y la cueva del Bañuelo ofrece un nacimiento de aguas semitermales. Como tradiciones, los días de San Antón y La Candelaria se prenden los típicos menchones de esparto y los más jóvenes queman los rastrojos de este cultivo en pleno campo; el Miércoles de Ceniza se enciende una hoguera para proceder a la Quema de la Aceituna, ramas de olivo con las que se celebra el final del Carnaval y el de la cosecha de aceite; en la festividad de San Marcos es costumbre salir a comer y pasar el día en el campo, y el 31 de octubre se celebra en reuniones familiares o de amigos la Noche de las Castañas para degustar este fruto recién cogido.
Historia
En plena Vega de Granada, aunque es de los municipios de la comarca más alejados de la capital, su altitud oscila entre los 540 y los 930 metros, lo que da idea de lo desigual del territorio. Los hallazgos arqueológicos demuestran que este lugar ha estado habitado desde los tiempos del Neolítico Superior, cultura achelense, y más tarde por los romanos, al menos desde los siglos III y IV después de Cristo, de lo que dan fe las ruinas de Gabino. Su nombre procede del romance Sall y del latín sallere, del que se deriva salebrus que podría significar terreno áspero, rudo, de muchos barrancos. También la etapa islámica ha dejado profundas huellas en el municipio, cuya vida siempre estuvo vinculada a la de Loja de la que no se separaría hasta 1817. Los árabes la llamaron Valle Hondo. Fue conquistada por Hernán Pérez del Pulgar y Osorio en 1486, que la repobló y la convirtió en feudo, mayorazgo y señorío, situación que se ha mantenido hasta principios del siglo XX. Sus vecinos participaron activamente en la guerra de la Independencia contra los franceses y lo mismo en todas las revueltas campesinas del siglo XIX, durante las que llegó a tener líderes destacados como Antonio Rosas.