La iglesia parroquial de Santa María La Mayor se levantó a mediados del siglo XVI sobre una antigua mezquita y ésta, posiblemente, sustituyó a alguna casa romana. Tiene un retablo barroco, un crucificado de la escuela de Pablo de Rojas, un San Francisco de la escuela Granadina y unas tablas pintadas por Luis Machuca. La Casa Grande fue construida en el siglo XVI por Martín Pérez de Aróstegui sobre una antigua fortaleza y la reconstruyó su hijo Antonio, secretario de Estado de Felipe III y Felipe IV, con estilo de castillo que es como se conserva en la actualidad. De 1556 es la Fuente de los Cinco Caños, a la que se agregó en el siglo XIX el lavadero municipal de San Joaquín y Santa Ana. Peculiaridades En el paraje conocido como La Laguna todavía se conservan las madres (canales) que se construyeron para su drenaje. Es un importante humedal que tiene una peculiar turbera en la que han aparecido restos de animales prehistóricos. El monte del Manar es un lugar privilegiado para practicar parapente, senderismo y excursiones en bicicleta o a caballo. Como tradiciones se mantiene la recogida de leña la tarde del 19 de enero para ñcalentarñ a San Sebastián cuando es bajado desde su ermita, la romería de San Isidro el 15 de mayo hasta el campamento militar con carácter reivindicativo y los insultos de los críos a los Judas
Historia
El hallazgo de una necrópolis y algunos objetos del siglo III antes de Cristo en el Cortijo de la Cuesta permite admitir que este lugar ya existía como núcleo de población durante el Imperio Romano, lo que se confirma con numerosas huellas de rodaduras de carros que se conservan grabadas en la piedra en el paraje de Los Molinos, junto a la fuente del Malnombre, donde había una vía romana de comunicación hacia Sexi (Almuñecar). Pero la aparición de puntas de flecha, hachas y otros instrumentos evidencia que hubo vida desde la Prehistoria. El nombre procede del latín Palus-dis, que significa laguna o lugar pantanoso, sin duda por la que existía junto al pueblo y fue desecada en el siglo XVIII para convertirse en una fértil vega cultivada. Los islámicos la llamaron Al Badul y la hicieron un lugar muy próspero, tanto por sus cultivos como por las fábricas de seda y los molinos de pan y de aceite. Se dice que aquí vivió un hijo de Muza a principios del siglo VIII. Tras pasar de las manos de Boabdil a las de El Zagal, de éste a Fernando el Católico y de nuevo a Boabdil, fue conquistada definitivamente por el marqués de Villena y bajo el mando de Pérez de Aróstegui ejerció una heroica defensa frente a los sublevados moriscos. En el siglo XIX, durante los años de la primera República, El Padul se declaró Cantón independiente. De actividad tradicionalmente agrícola, a lo largo de los últimos años está adquiriendo especial protagonismo en el sector de la construcción con varias canteras de arena y fábricas de ladrillos, tejas y bobadillas.