Del siglo XVI se conservan la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción y la ermita de San Blas. Hay restos de una fortaleza árabe en el llamado Peñón de los Moros y existen, aunque se encuentran en terrenos de propiedad privada, unos baños también árabes, de Urquízar y Bacanía, con aguas medicinales que estuvieron a punto de ser explotadas hace unos años. Se dice asimismo que en el subsuelo hay excavados túneles desde la antigua fortaleza hasta los baños, lo que permitía bajar a por agua en los momentos de tensión bélica sin correr riesgos. Peculiaridades La noche del Sábado Santo, los mozos de esta localidad rondan a las novias hasta el alba y cuando ésta llega cuelgan en el puente un muñeco que simboliza a Judas Iscariote y con él todo lo que significa el mal. Por la mañana del Domingo de Resurrección se sale al campo en familia o reuniones de amigos y se come el tradicional hornazo, cuyo huevo no pocas veces se estrella en la frente de quienes acuden por vez primera. La jornada previa a la festividad de San Blas se baja al santo desde la ermita a la iglesia en procesión.
Historia
De origen islámico, aunque no se descartan asentamientos humanos anteriores, su historia siempre ha estado vinculada a su condición de paso obligado en el camino de Granada a la Costa. Su nombre se deriva del árabe Quasb, vocablo que hace alusión al cultivo de caña de azúcar, aunque abundan en su término los huertos de naranjos y limoneros. Tras la conquista de toda la zona por los Reyes Católicos, Dúrcal fue punto de partida de numerosas familias que marchaban a África huyendo de la presión cristiana o expulsadas. En el siglo XIX, por la misma relación, acogió un teleférico de 38 kilómetros de longitud que desde aquí llegaba al puerto de Motril para transportar mercancías y fue desmantelado en 1958, y un puente de hierro para el ferrocarril que nunca llegó.