El principal es la iglesia parroquial del Cristo de la Expiración que se construyó a lo largo del siglo XVI en estilo mudéjar y de cuyo original se conserva parte de su artesonado, así como algunos cuadros. En ella se venera la imagen de la Virgen de los Remedios, la Patrona. La Casa Grande fue residencia de don Alonso de Granada, marqués de Campotéjar y también en su origen tuvo estilo mudéjar y acceso directo a la iglesia; aunque numerosas actuaciones posteriores sobre el edificio lo han desvirtuado. El Pilar es ahora una fuente de seis caños y data del siglo XVI cuando los Reyes Católicos concedieron paso real de ganado, conservando el escudo de los marqueses. Por último tiene el Cerro Castellón, yacimiento de yeso y cueva prehistórica que no se encuentra abierta al público. Peculiaridades Las fiestas populares tienen su origen en una de ganado y todavía puede verse en ella algún esquilador y cómo se realizan transacciones. Lo más peculiar es la tradición de los ñTiradoresñ, a finales de abril, que conmemora el reclutamiento por don Alonso de Granada de cien hombres para combatir a los moriscos. A lo largo de tres días, siempre con un rito que marca perfectamente los pasos, el alabardero, el tamborilero, los tiradores con sus carabinas y las banderas recorren el pueblo, disparan salvas de pólvora con sus armas y protegen a la Virgen de los Remedios, con cuya imagen hacen la ñCarrerillañ durante la procesión (corren todos durante un buen trecho). El Domingo de Resurrección se realiza el ñEncuentroñ entre la Virgen y el Niño Jesús, portadas sus imágenes en andas por personas de distinta edad (más jóvenes las del Niño), y ante ambos se quema el muñeco de Judas, que simboliza todo lo malo, ya sea general o particular.
Historia
El primer asentamiento humano en la zona que hoy es término municipal de Campotéjar está documenado que se remonta a la Edad del Cobre, como demuestran sus yacimientos arqueológicos de Cerro Castellón. Sin embargo, desde el Bronce Argárico hasta los árabes, siglo XI, no existen datos, por lo que pudo estar despoblado el lugar. Durante la última etapa musulmana fue frontera con los cristianos y por ello se edificó un castillo como defensa, del que no queda vestigio alguno, sufriendo hostigamiento hasta que en 1486 cayó en poder de las fuerzas castellanas mandadas por don Fadrique de Toledo, hijo del Duque de Alba. Dos años después los Reyes Católicos cedieron el lugar a don Alonso Venegas para que reedificara el castillo. A comienzos del siglo XVII pasó a manos de don Pedro de Granada y Venegas con señorío de Marquesado