Benamaurel

Además de los yacimientos arqueológicos en los acantilados de la Rambla del Salar, en el campo de Silos se conserva un columbario romano con 317 hornacinas. También merecen citarse la Torre de Castril, torreón almohade levantado como puesto de vigilancia, y el Paraje de las Hafas, donde hay restos de una fortaleza del siglo XIV con las características de las viviendas trogloditas y situada en un mirador sobre la comarca y sobre la vega del rio Guardal. La casa del Tío Tinajas es una cueva con cúpula que pudo haber sido un baño árabe y sirvió como mazmorras para los soldados cristianos o musulmanes capturados en las continuas escaramuzas. La iglesia de la Anunciación fue construida sobre una mezquita árabe en el siglo XVI y aunque quedó destruida por un incendio durante las guerras carlistas en 1837, se reconstruyó en 1862 manteniendo las campanas, el esquilón, la matraca y una lápida del siglo XVI. Peculiaridades Benamaurel tiene un emplazamiento definido por barrancos sobre los cuales se construyeron sus distintos barrios y coronados por la Plaza Mayor que data de principios del siglo XX. Está cerca del Cerro Jabalcón y de los parques naturales Sierra de Baza, de Castril y de Cazorla. Una de sus características es la fiesta de moros y cristianos que data del siglo XIX y cuyo objetivo es potenciar el hermanamiento entre razas y religiones.

Historia

Cabe suponer que durante el periodo argárico ya estaba habitada esta zona, como demuestran los restos arqueológicos hallados en los alrededores y depositados en el Museo de Granada. También hay vestigios de la época ibérica y de la ocupación romana, entre otros el paso de la Vía Hercúlea (después Vía Augusta), así como de los visigodos en la Cañada del Salar y el campo de Silos. De la etapa árabe hay numerosas cuevas almohades, del siglo XII, época en que a Benemaurel la cita Abi Mohamed ben Rozac en sus escritos. En el XIII se levanta un castillo para defender el territorio de las tropas de Fernando III y durante el XIV pasa varias veces de unas manos a otras en conquistas sucesivas, hasta que en 1488 cayó definitivamente del lado de los cristianos, aunque un año después tuvieron que sofocar una rebelión contra el conde de Tendilla. Tras la expulsión de los moriscos quedó casi deshabitada. Sufrió un terrible terremoto en 1531 que asoló la fortaleza y después pasó a depender de Baza hasta que se separó de nuevo en 1628 y fue vendida al duque de Alba cinco años después. Las guerras carlistas, en el XIX, la afectaron mucho y antes, durante la invasión napoleónica, fueron protagonistas sus vecinos al auxiliar de manera decisiva al general O`Donnell y negar la pólvora de sus fábricas a los franceses.