Almegíjar cuenta con una magnífica iglesia construida el 1651, en la que se conserva un hermoso retablo que acoge la venerada imagen del Santo Crísto de la Salud. También tiene una fuente y un lavadero público, igualmente del siglo XVII, que van a ser próximamente restaurados. Peculiaridades De arquitectura eminentemente alpujarreña, calles empinadas y estrechas, y casas con tejados planos de pizarra, Almegíjar disfruta de una temperatura ideal en verano, lo que permite espléndidas cosechas de frutales, aceite y almendras. Tiene también huertos familiares donde se cultivan hortalizas. En la festividad de San Marcos, todos los vecinos salen de romería al campo y consumen los tradicionales hornazos, panes de aceite con un huevo duro dentro. En el paseo Camino de la Cruz, adornado con numerosos pinos y cipreses, tiene lugar la noche del Viernes Santo un respetuoso Vía Crucis. En el anejo de Notáez, con un centenar de vecinos, está prohibido el acceso de los coches al casco urbano para no perjudicar la proliferación de hermosos y floridos jardines que se da en el lugar.
Historia
Enclavado en pleno parque natural de Sierra Nevada, en su vertiente sur, próximo al río Guadalfeo, la historia de este municipio está unida a la de los demás pueblos y villas de la Alpujarra y condicionada por su aislamiento geográfico y malas comunicaciones. Su momento más importante lo tiene en la época árabe, sobre todo gracias a la producción de seda en toda la zona. Tras la conquista de Granada, durante los últimos años del siglo XV, su población sufrió, como en todos los alrededores, la presión de las autoridades cristianas contra los moríscos y en consecuencia participó del levantamiento liderado por Aben Humeya, o Fernando de Válor, a mediados del XVI. La posterior expulsión de los moriscos dejó el municipio muy despoblado hasta la llegada de campesinos procedentes de Galicia, León, Asturias y Castilla.