De la etapa histórica inmediatamente posterior a la Reconquista, se conserva en Albuñuelas un torreón levantado en el siglo XVI. También destacan, y son dignos de ser visitados, la iglesia parroquial, la ermita de San Antonio, el antiguo palacio arzobispal (siglos XVII y XVIII ) y el convento de los Capuchinos. Peculiaridades Dada su altitud, Albuñuelas ofrece numerosos bellos paisajes en los alrededores, donde hay algunos tajos que resultan verdaderamente espectaculares. En su término municipal hay minas de plomo, níquel y cobalto que tuvieron importante actividad.
Historia
Situado a la izquierda del barranco Río Santo, en una extremidad de la sierra de Almijara, Albuñuelas fue asentamiento humano en la Prehistoria como demuestran unas cuevas que se encuentran en el interior de un tajo perpendicular de piedra, a unos cuatrocientos metros del casco urbano, en cuyo interior hay habilitadas varias habitaciones. Vivió una etapa floreciente en la época de la dominación árabe, hasta el punto de que cuentan las crónicas que sus vecinos, valientes y decididos, resistieron con tenacidad a los soldados de Fernando el Católico. Tuvo después importante protagonismo con los moriscos, muchos de los cuales se decantaron por la paz durante la rebelión del siglo XVI aunque eso no les sirvió para librarse de la expulsión posterior. Sin embargo, cuando despegó realmente fue tras la repoblación con cristianos viejos, la mayoría de ellos procedentes de La Mancha; así lo atestiguan no sólo los documentos hallados en los archivos, sino, también, las magníficas fachadas que presentan muchas de las casas del casco urbano, algunas de ellas muy bien conservadas. El terremoto del 25 de diciembre de 1884 provocó en Albuñuelas 102 muertos, medio centenar de herídos y la destrucción total de 362 edificios; pero fue reconstruido en pocos años.