El Monumento Natural Peñones de San Cristóbal está localizado en Almuñécar, en la costa tropical de Granada. Se trata de un conjunto de tres formaciones rocosas que se encuentran en la costa mediterránea, separando las playas de Puerta del Mar y la de San Cristóbal.
No es usual encontrarse en la costa mediterránea afloramientos rocosos como sucede aquí, en la Punta de San Cristóbal. Plenamente integrados en la población de Almuñécar, se erigen compuestos por materiales duros y de oscuros colores que se adentran en el mar como si pretendieran separar sus aguas. Dos de las formaciones rocosas afloran del agua del mar y una tercera de enormes dimensiones que se encuentra en tierra firme, en línea con los peñones en el mar. Un espacio paisajístico cargado de belleza y un lugar donde habitan numerosas aves acuáticas.
En este enclave también tiene una gran importancia la biodiversidad que se encuentra bajo las aguas. Las paredes submarinas de los peñones y los fondos son un hábitat perfecto para colonias de astroides, actinias, peces de roca, e incluso el mejor refugio para alevines de especies de alta mar.
Peñón de Fuera denomina, como su nombre indica, el que está más alejado de la costa. Delante de éste se encuentra el Peñón de Enmedio, separado de ambos por las aguas marinas. Por último, el Peñón del Santo, asentado en la misma playa de Almuñécar. Los tres englobarían los Peñones de San Cristóbal.
El del Santo es el mayor de todos, con una altura aproximada de 30 metros. Se accede a través de rampas y jardines a su zona más elevada, donde se encuentra ubicada la Cruz del Santo y un mirador donde disfrutar de unas maravillosas vistas del mar, de la ciudad y de la sierra aledaña.
Los alrededores ofrecen al visitante interesantes atractivos. En el interior del Parque Botánico-Arqueológico se encuentran los restos de una de las mayores factorías de salazón de pescados construidas por los fenicios en el Mediterráneo. También resulta de interés el Acueducto Romano o el Castillo de San Miguel, levantado por los musulmanes sobre los restos de una fortaleza romana. Fue utilizado como depósito de sus tesoros, por lo que se convirtió en una de las fortalezas más asediadas de estas costas. De esta época también son las atalayas de vigilancia costera que evitaban los ataques enemigos a través del mar.