En el norte de la provincia, una atractiva excursión a pie es la que invitamos a realizar para disfrutar de la Sierra Seca y contemplar, al final del camino, una laguna conformada por agua de lluvia y deshielos. Lo más parecido a una ‘playa’, pero a más de 2.000 metros. El paisaje que acompaña la ascensión va tornándose cada vez más inhóspito, aunque lleno de una extraña y casi marciana belleza. El recorrido transita entre cimas como La Sagra, una de las más altas de Andalucía, y el Peñón del Toro.
– Inicio: Huéscar.
– Destino: Laguna de Sierra Seca (2.000 metros de altitud).
– Dificultad: Media. Se puede seguir el camino con vehículos 4×4.
– Atentos a: El pico de La Sagra, con 2.383 metros. La zona del Peñón del Toro. El paraje del río Guardal.
Esta ruta de senderismo tiene como punto de salida la localdiad de Huéscar y llegada a la laguna de Sierra Seca, una pequeña cuenca cerrada en la que durante una buena parte del año se forma una laguna a partir del agua de lluvia y la procedente de los deshielos.
El recorrido comienza con un trayecto en coche de 20 kilómetros por la carretera local que une Huéscar con La Losa, desviándonos a la izquierda a la altura del Cortijo de La Noguera. El ascenso se realiza, en un principio, por un bosque de encinas y algunas tierras de labor, a través de una pista forestal con un desnivel medio-bajo. Durante el camino podemos divisar la La Sagra, el pico más elevado de la subbética, mientras el desnivel va en aumento así como los pinares.
A la izquierda el caminante puede divisar la cuenca que forma el río Guardal, que se forma con varias fuentes de Sierra Seca y pronto se aquieta en el pantano de San Clemente, bajo cuyas aguas está el poblado de igual nombre (a excepción del campanario de la iglesia, que parece flotar sobre la superficie). En Sierra Seca se halla la Cueva del Muerto, donde se pueden contemplar formaciones de estalactitas y estalagmitas, y la Cueva de Don Fernando, la de mayor profundidad y longitud de Granada, con numerosas galerías y salas de incomparable belleza, como la Sala de la Colada.
Llegamos a el Peñón del Toro, donde la vegetación de montaña comienza a ser escasa y se puede contemplar la belleza de los pinos altos y delgados. Es ésta una zona que permanece nevada durante las estaciones frías del año y donde es fácil divisar colonias de buitres, y, menos fácil pero posible, contemplar ejemplares de muflón, cabra montés y jabalí, así como algún que otro reptil, culebras y lagartos.
Desde el Peñón del Toro hasta la laguna restan 5,8 kilómetros y en este último trayecto el terreno se hace más abrupto y el paisaje, se va transformando en algo cada vez más inhóspito. A la altura del kilómetro 29,5 el camino se cruza con la delimitación del Parque Natural de la Sierra de Castril, dejando a la derecha un refugio y los Prados del Conde. Setas de varios tipos y la flor del azafrán silvestre les acompañarán en el camino hasta llegar al destino, donde destaca la brusquedad y adversidad paisajística. Unazona llana y tranquila donde se disfruta de rocas repletas de fósiles marinos, lagos, praderas e incluso una fina arena.