“Tan cercano como desconocido”, podría ser el eslogan apropiado para las poblaciones de esta ruta que transcurre por el Poniente Centro.
Moraleda de Zafayona, Villanueva Mesía, Huétor Tájar y Salar son pueblos que mucha gente conoce de nombre por su proximidad a la Autovía del 92 pero que pocos se han detenido a recorrer sus calles y conocer a sus gentes. Y les puedo asegurar que merece la pena: la Moraleda con su barrio troglodita; los encantos del Genil a su paso por Huétor Tájar y Villanueva Mesía; la torre, casa palacio y la parroquia de Salar son algunos de los hitos de este recorrido que se prolonga por algunos tierras lojeñas como el encantador Riofrío con sus piscifactorías y afamados mesones; Venta del Rayo, Cuesta de la Palma, Fuente Camacho, Balerma, La Laguna y Ventas de Santa Bárbara, que seguro no defraudará a aquellos que se acerquen por primera vez con el deseo de disfrutar de la ruralidad y belleza de muchos de estos rincones, en cuyo paisaje predomina los campos de espárragos, las alamedas junto al Genil y los olivares en las zonas más altas.
También aquí podremos viajar en el tiempo pues de los importantísimos restos arqueológicos localizados en el Cerro de la Mora, expuestos en el Museo Arqueológico de Granada, podremos contemplar algunos vestigios de su pasado árabe para concluir con las impresionantes obras de ingeniería contemporáneas en la Cuesta de la Palma.
Como es evidente si queremos disfrutar de la hospitalidad de sus gentes la fecha más apropiada para la visita es durante la celebración de sus principales manifestaciones festivas. Curiosamente, por el origen de estas poblaciones cuya identidad va cobrando fuerza a partir de los siglos XVI y XVII, y por su carácter agrícola, el calendario festivo es muy similar.
Destacan la fiesta de la Candelaria, en las que los vecinos encienden grandes hogueras en torno a las cuales se come y se bebe; las romerías de San Marcos cada localidad en un paraje y el Carnaval, especialmente el de Salar, cuyas agrupaciones se codean con las de Cádiz, en el Manuel de Falla. Lógicamente todas cuentan con sus propias fiestas patronales y, algunas con relevantes ferias de ganado. En Riofrío los aficionados a la pesca tienen su paraíso, así como los amantes de la buena mesa. En esta localidad se ha instalado recientemente el Centro de Interpretación Medioambiental que sirve a los visitantes para conocer más profundamente la riqueza de flora y fauna de este territorio.
Igualmente los cicloturistas cuentan con una amplia oferta de rutas que discurren entre estas poblaciones y el resto de los municipios del Poniente.
Con esta ruta se pretende acercar al visitante las poblaciones del Poniente Centro. Se inicia en Moraleda de Zafayona y se continua por su anejo Loreto y el Cerro de la Mora, lugar de gran interés desde el punto de vista arqueológico. Sigue la misma por las pujantes poblaciones de Villanueva Mesía, Huétor Tájar y Salar por lo que hasta aquí se podría subtitular como “ruta del espárrago” ya que este es el cultivo que ocupa la mayor parte de la vega baja del Genil.
En cada población conoceremos las principales construcciones religiosas y civiles que han perdurado hasta nuestros días. Se completa el recorrido con la visita a otros anejos de Loja, entre los que destaca Riofrío por su oferta gastronómica y deportiva. También se incluye en esta ruta la visita a Venta del Rayo, Cuesta de la Palma, Balerma, La Laguna y Santa Bárbara.