El puente romano, las pinturas rupestres, el castillo, los quercus o el cementerio visigodo son algunos de los muchos atractivos que tiene Colomera, una localidad granadina muy cercana a la capital y al pantano de Cubillas.
Para llegar a Colomera, tomamos la A-44 en dirección Jaén. Pasando el pantano de Cubillas, encontraremos el desvío que nos llevará hasta el pueblo, donde comenzará nuestra ruta. Dejamos el coche nada más llegar a Colomera y nos dirigimos a pie hasta la parte alta de la localidad, donde encontraremos un cartel informativo del itinerario.
Seguimos el sendero observando la naturaleza que se abre a nuestros pies hasta llegar a la zona del Hundidero, donde veremos un macizo rocoso en el que se alza la Iglesia de la Encarnación y las ruinas del Castillo de Colomera.
Continuamos nuestra ruta y comprobaremos que el sendero se hace cada vez más empinado. Al final de la cuesta encontramos el puerto de los Lobos Arteros. En este punto haremos un alto para observar la magnífica panorámica que se abre ante nuestros ojos, abarcando la totalidad del municipio y el embalse de Colomera.
Después de un pequeño descanso, continuamos la excursión por el sendero que ya empieza a descender, haciéndose más fácil el camino. Un poco más adelante, la senda se ensancha y avanza junto al embalse, hasta convertirse de nuevo en un sendero de tierra que nos llevará hasta la fuente del Cauro. Un lugar ideal para hacer otro alto y refrescarnos mientras observamos las vistas que se nos ofrecen.
Una vez hemos reanudado la marcha, seguiremos el camino hacia la derecha hasta encontrarnos sobre el pantano. Cruzamos la presa y nos detenemos para observar el embalse y los peces que surcan sus aguas, donde además se pueden practicar deportes acuáticos como la pesca, la vela o el piragüismo.
Después de cruzar la presa, seguimos el sendero hacia la izquierda y recorremos la orilla del pantano, hasta llegar a la carretera de Benalúa de las Villas. La cruzamos y continuamos hasta llegar al Cortijo del Chopo, cerca del cementerio visigodo, hacia dónde nos dirigiremos y observaremos el buen estado de la necrópolis.
Tras esta parada el sendero se complica, ya que los cultivos han hecho desaparecer el camino original y hay, aproximadamente, unos 150 metros en los que debemos caminar por un olivar, hasta llegar a un carril muy estrecho que desciende en paralelo a un barranco, y toparnos de nuevo a la carretera de Benalúa de las Villas. Seguiremos esta carretera hasta el puente romano que se alza sobre el río Colomera, lo cruzamos y continuamos por el sendero que nos lleva hacia el pueblo, donde finaliza nuestra ruta.